martes, 17 de noviembre de 2015

Escapada de fin de semana a ¡Peña de Bernal y algunos viñedos!

Seré honesta con ustedes, no había nada planeado para este puente del 20 de noviembre, además, yo como buena ñoña estaba clavadísima con mil pendientes al mismo tiempo que enloquecía  con un examen de la maestría, cuando el miércoles por la noche recibí la llamada de una de mis mejores amigas diciéndome:
"¡Naye, vámonos a festejar nuestros cumpleaños este fin de semana!"
     ... y así fue como comenzó la aventura, salimos el sábado por la mañana sin rumbo fijo y aprovechando que la carretera aún no estaba saturada, tomamos camino hacia Querétaro y de pronto: ¡tráfico pesado! por lo que  nos fuimos desviando para evitarlo hasta llegar a Peña de Bernal, aún con la premura logramos encontrar hospedaje lindo, céntrico y acceso rápido a todo lo que se nos antojó, tal parecía que el destino nos tenía preparado que estuviéramos ahí durante el fin completo, iniciando el festejo.
Decidimos caminar por los callejones del centro, subir la Peña hasta donde el corazón nos lo permitió literalmente  porque esa subida nos estaba matando, y ya sabrán comprando miles de cuarzos pequeños de colores para todos los males y probando un poquito de todo, gorditas, esquites,  y hasta nieve de vino, ¿qué tal eh? yo esa no la conocía,  no podía faltar la compra de hermosas artesanías, vino el show de las fuentes danzarinas, por cierto muy emotivo al son de la música mexicana y continuamos el recorrido por el pueblo.


Al día siguiente nos dimos a la tarea de recorrer tres viñedos, comenzamos por Los Rosales, después por La Redonda y terminamos en Los Aztecas, cada uno tiene su encanto y si a eso agregamos que traíamos toda la actitud para conocer el proceso de producción, ya se imaginarán que buen ambiente traíamos y extendimos hasta entrada la noche, por cierto, los invito a ver más fotos de este recorrido en instagram @vobonayelivaldes.

No podíamos regresar  a casa sin antes haber pasado por el spa del hotel Centenario Arroyitos, así que después de unos ricos chilaquiles picositos, nos fuimos por un delicioso sueco para Gaby, y un shiatsu para mi, ya verán nuestras caras en instagram @vobonayelivaldes  una vez que salimos de esa delicia. 
Bernal no es sólo un pueblo mágico, es un pueblo con encanto, su gente es amigable y atenta, ah! y olvidé decirles que no hay señal de celular en la mayor parte del pueblo, pero esta situación lo hace aún más lindo, te invita a convivir en familia en este caso como viejas amigas nos hemos divertido mil, además de que el recorrerlo, saborearlo, olerlo y beberlo tiene mi total Visto Bueno!